martes, 27 de diciembre de 2016

Antes y después de la Guerra en Siria,así era la bella Alepo.

Publicado el 23 dic. 2016
Una de las ciudades más prósperas y hermosas de su país, en cuestión de años, queda completamente sitiada y en buena parte destruida.

Fuente  Canal de Youtube  Pili Reyes





Los panaderos de Siria que arriesgan sus vidas 24 horas para dar de comer a la gente

Publicado: 24 dic 2016 15:31 GMT | Última actualización: 24 dic 2016 17:44 GMT
Aunque no vistan el uniforme militar, estos trabajadores libran un combate diario para garantizar la vida de los habitantes de un barrio en Homs en medio del conflicto.


El barrio de Al Waer es la única zona de la ciudad siria de Homs que aún es controlada por los rebeldes. Allí los alimentos escasean y, además, los extremistas se apoderaron de todos los medicamentos. Sin embargo, en medio de este desalentador panorama, hay una panadería que desafía los bombardeos las 24 horas del día con el único objetivo de mantener con vida a los ciudadanos. Nuestra corresponsal Diana Deglauy visitó ese horno que mantiene viva la llama de los civiles.

24 horas del día entre bombas, disparos y morteros

En este barrio, ubicado en una de las zonas más peligrosas de Homs y controlado por los rebeldes, solo algunas personas pueden salir de sus casas mientras el resto permanece totalmente encerrado. Es por esos pocos que la modesta fábrica funciona las 24 horas del día, pues es allí donde obtienen el pan de cada día para sus familias. "Todo lo que entra al barrio se lo roban y se lo quedan los rebeldes, lo guardan en un depósito y no le dan nada a nadie", asegura Abir, una de sus trabajadoras.
La panadería es asediada constantemente por los ataques de los rebeldes: caen morteros y hay francotiradores que constantemente amenazan la seguridad de la gente. Pero, a pesar de todo, la panadería no deja de trabajar. "Esta es una zona caliente. En cualquier momento puede pasar algo. Bombas, disparos, morteros. Estamos en la primera línea de fuego", afirma el panadero Husam.

Guerreros sin uniforme

A pesar de las circunstancias, todos asisten a su puesto de trabajo, pues la economía de los ciudadanos es cada vez más difícil y el negocio tiene que funcionar y dar empleo a quienes lo necesitan. No obstante, también regalan pan a los que no pueden comprarlo, y aunque no vistan el uniforme militar libran un combate diario para un eventual regreso a la normalidad en Siria, entre los escombros de la urbe reducida a cenizas.

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